Milei, fuera de horario presidencial (¿?) frase de la Dip. Libertaria
Pagano), dijo apostar a “La innovación tecnológica”. En ese marco
alentó al empresario privado Julián Pehde, de la plataforma Kip
protocol para promover la cripto moneda $LIBRA, que vio la luz
gracias al posteo del Presidente del viernes 14 de febrero a las
19,00hs. Las cifras astronómicas que gestaron unos 76.700
inversores en apenas cuatro horas fueron suficientes para los
mentores de la cripto moneda que alentaron la economía
especulativa. Pero en el camino de la angurria no contaron con unos
5 retiros por casi 100 millones de dólares, producidos por quienes
“tenía data”, que desplomaron su valorización en el mercado de
capitales. El brote de inversores estafados no tardó en hacerse oir y
las denuncias conmovieron al país y a buena parte del mundo. Ante el
panorama reinante Milei posteó que "no estaba interiorizado de los
pormenores del proyecto" de la cripto $LIBRA y retiro de la
plataforma X el Tweet con el que contribuyó con su promoción a
consumar una gran estafa, que por estas horas se estima en casi 285
millones de dólares. Los funcionarios del gobierno, en modo
bomberos, salieron a intentar apagar el incendio minimizando lo
ocurrido a lo que llamaron un simple posteo de un “influencer”
despojado de su traje de Presidente. Casi 120 denuncias surgieron
ante este escándalo que ni twitteros libertarios y operadores
periodísticos pudieron acudir a salvar la imagen de Milei de manera
inmediata. La pregunta que surge en el ambiente es como se enfría
este episodio. Solo para comparar, vale considerar que al Senador
Kueider lo expulsaron, del Congreso de la Nación, por contrabandear
200.000 dólares en la frontera paraguaya, entonces cómo
reaccionará la política y la ciudadanía ante un presidente envuelto en
una estafa 120 veces más grande. Este episodio nos remite a pensar
que opinan, hoy, aquellos que consideran al gran ajuste argentino
como un milagro económico, donde el deterioro de la mayoría de los
ciudadanos están inmersos en precarias condiciones de vida,
estafados en su ejercicio de derecho político a tener autoridades
gubernamentales que los representen con dignidad. Por ello habrá
que exigir pronunciamientos e investigaciones de los poderes del
Estado: la Justicia y el Congreso; sobre lo ocurrido teniendo en
cuenta que la envestidura presidencial no sé mancha con asuntos del
sector privado y mucho menos con dinero proveniente de “monedas
turbias”. Milei, antes de asumir la primera magistratura, ya tenía
antecedentes con el manejo de monedas virtuales y en todos los
casos fracasaron en su aplicación, estafando a quienes creyeron en su
palabra. Se sabe que es un economista mediocre, que acarrea
denuncias de “Plagio” con libros de su autoría, que su liberalismo es
más cercano al Orden Conservador de Argentina 1880 que al de
Hayek en Camino a la Servidumbre. Su mundo es una gran estafa,
desde la promoción de un memecoint como un logro de la Argentina
liberal, como su lucha contra la “Casta” que terminó hundiendo a casi
30 millones de compatriotas en la pobreza e indigencia, la quita de
medicamento a jubilados, la quita de medicamentos a enfermos
oncológicos, enfermos de VIH, la quita de un plato de comida a más
de 2 millones de pibes, el recorte de presupuesto educacional,
universitario y a Organismos de Derechos Humanos, la No
construcción de un centímetro de rutas, ni de un metro de obra
pública ( que alguien me diga cuántas escuelas y hospitales
inauguró). El escándalo de la cripto moneda nos devuelve a la
realidad de una Argentina empobrecida, empujada a la colonialidad
que Mileilandia confunde como Soberana. Es necesario que la
oposición política actúe y de pronta manera. El debate recién
empieza. En rigor, el tema está en la sociedad y la mirada no deberá
desviarse ante lo que intente poner por delante el gobierno para
distraer.
Por último, el Presidente, deberá dejar de lado sus mesiánicos
discursos, considerar que ya no puede aspirar a ser reconocido como
un líder mundial y guardar el smoking porque su candidatura al
Premio Nóbel de economía le quedó extremadamente lejos.
La ciudadanía toda deberá pensar en políticas y políticos que nos
lleven a una lógica alternativa, pensando en resolver necesidades de
la población y superar el fetiche del “mercado”, la lógica
“privatizadora” y cualquier estrategia económica que imagine que
solo es posible la vida en el marco del régimen del capital.
Otro diciembre del 2001 no podemos permitirnos. Es momento de
volver a pensar en un país que nos incluya a Todes.
Néstor Javier Jordan. Licenciado en Trabajo Social